Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

lunes, 30 de noviembre de 2009

Se que estás aunque no estés



Se que estás aunque no estés
nunca me defraudaste
aunque me entristezcan tus obligadas ausencias
ocurren cosas que solo conocemos tu y yo
imposibles de compartir con nadie
Pongo barreras a las razonables opiniones
que caen sobre mi como una lluvia de dudas
y difícil es mantener las convicciones
plantando cara al temporal de las razones.
Duele no tenerte cerca, no poder abrazarte
no tienes idea de cuanto me cuesta justificarte
Mientras las horas se hacen días
y la espera interminable
Hay palabras que vuelan en el viento
las nuestras son palabras presas
las que tu y yo custodiamos
Pero nuestros sentimientos
se funden en los tiempos
donde no existen las distancias
donde el calor de nuestra piel es abrigo
en las frias noches de invierno
Guardo en mi boca un torrente de besos contenidos
y las caricias que no te di en las yemas de los dedos
Sigo estando aqui, junto a ti
como estube siempre
aunque me pasé media vida sin verte
Se que estás aunque no estés
y pronto volveré a tenerte




domingo, 29 de noviembre de 2009

Llámame por mi nombre




Capturada en el país de tus sueños
en las páginas de tu libro de poemas
arrancas mi corazón del pecho
en cada verso, en cada suspiro, en cada mirada.
Tu ausencia me asesina, me hace mal
me roba el aire, el pensamiento
Se me hunde el alma cuando no estás
y parece que no lo entiendes.
Y así día a día siento evaporar mi razón
cada vez que nos encontramos
en ese espacio solo nuestro
donde el tiempo se detiene y
la pasión anida y se prodiga en besos
¿Dices que escribes mi nombre
en el libro de tu vida?
No es preciso,
Mi amor no tiene nombre
Dime que nombre le diste
a lo que no se mide, porque es infinito
No tiene peso, porque es etereo y vuela
Lo que no se enfría porque arde en el deseo.
Recuérdame mi nombre
porque ya perdí memoria de quien soy
de quien fui, e incierto es mi futuro
y hace tiempo que mi mente
vive a tu lado, pegada a tu recuerdo.
Sedienta de tu presencia
en harapos sin tus versos
temerosa del destino
solo tranquila en tus besos
buscando un espacio en tu corazón
y un hueco en tu escaso tiempo.
Un solo minuto en tu día
Es tiempo eterno en mi corazón.
Ya todo me quitaste,
el hoy, mi memoria y mi convicción.
Llámame por mi nombre
y dime en que lugar estoy

Ayer


Ayer 
Ayer fue un día  extraño.  Ella  se  levantó, como siempre sin prisas, pocas cosas hizo y se dirigió  a una entrevista a la que llegaría tarde.
La entrevista era mas que importante, es la que le  haría tomar decisiones para el resto de su vida, decisiones  que ya  tenía tomadas y que cada día le cuesta más tirar para adelante.

Allí, en esa entrevista supo cuanto necesitaba saber, lo que ya sabía y confirmó  que cuanto decida va a ir en su contra. Tire por el camino que tiere va a ser muy dificil. Una apuesta de alto riesgo.
Lo mas duro es que varias personas muy cercanas  sabían de esa consulta y ninguna, ni siquiera los afectados por la misma, tuvieron cinco minutos para dedicarlos a preguntarle como le había ido. Su conclusión fue que no le importaba  a  nadie todo ese tema.  Solo su amiga de la infancia se preocupó de  averiguar como le había ido y aconsejarle. Ahí estaba Marina como ha estado siempre desde la escuela, desde los 10 años.
Esperó a que llegara la noche y nadie absolutamente le pregunto nada, nadie.
Resolvió que cada día se encontraba más sola.
Cada persona tiene sus  problemas mayores o menores y el ritmo de vida es tan rápido que se nos olvida preocuparnos de los demás. No hay cinco minutos en el día para una llamada, ni un tiempo que puedan dedicarnos para hablar de nuestros problemas.
Ella empezó a cambiar su vida  voluntariamente hace unos años y  el resultado es este, soledad total, ya sabía que se metía en un jardín lleno de laberintos insondables.
Primero se perdió la magia y la poesía, luego los besos, el contacto y ahora la comunicación.

No le satisface esta situación y no la hará durar en el tiempo.
Cada día le pesa mas esta soledad y eso es de lo que huía cuando decidío cambiar su vida hace tiempo.
Hoy es consciente de que ha  cambiado una soledad por otra y de que en realidad no le importa a nadie. El único interés que despierta en los demás es como servicio doméstico gratuito. 
Como alguien le dijo, eres limpia, tienes iniciativa. Otros saben certeramente qu es así, que sabe planchar, lavar y cocinar. No creo que existan palabras mas duras que el que le digan a una mujer que se la valora por lo limpia entre los mil adjetivos que se puedan encontrar. Es como cuando llega tu cumpleaños y te regalan una plancha en lugar de algo personal.
Lo que nadie sabe es que todo eso del hogar solo funciona con ilusión de otro modo es un tema tedioso, doméstico y remunerado. Para algunos lo verdaderamente importante es sentirse amado, sentir que se cuenta con ellos y que nunca se dejen de lado los insignificantes detalles que dan sentido a la vida.  Todo lo material pierde importancia si no existe lo primero. Los detalles, el saber que importamos es lo principal.

La ilusión lleva tiempo insistiendo en marcharse y ya no la puede retener, lo obvio es demasiado fuerte y las buenas palabras empiezan a causarle risa. Siente demasiados picotazos en el corazón. Y que la ignorasen ayer fue la gota que colma el vaso.

Cuando se pierde la ilusión y  se sabe que no se cuenta todo tal como es por no hablar de la falta de confianza, está todo perdido.
Ella ha  empezado a bloquearse y ha decidido decir adios a todos  silenciosamente.  
Empezará a evadir cualquier conversación importante y se sumergirá en conversaciones multitudinarias imaginarias y triviales.
Se va con la maleta vacía de todo y de todos . Hoy.

El peso de las razones




Hay momentos cruciales en la vida de toda persona, momentos en los que una decisión puede cambiar la vida entera y como todos sabemos la vida se mueve por azares y causalidades, o sea que nunca hay garantías para absolutamente nada, excepto para morirnos, eso está asegurado.
Llevo mucho tiempo, años viviendo situaciones extraordinarias para el modelo de vida tradicional que llevé siempre. Creo que pocas personas hubieran aguantado lo que aguantamos mi pareja y yo de lo que podríamos escribir ríos de tinta  por lo dificultoso y abrupto que se nos ha presentado el camino.
Hace mucho  tiempo tomé una decisión muy importante que ha cambiado todo en mi paisaje. Una decisión  arriesgada, con gran inversión emocional y no diré material, porque a mi mediana edad he descubierto y constatado que lo material me interesa exclusivamente en lo que se refiere a la  satisfacción de las necesidades vitales mínimas que tenemos todos los seres humanos, techo, comida y no tener ninguna deuda con nadie. Si hubiera sido de otra mentalidad jamás me hubiera metido en el jardín que me metí en el que voy a echar raíces a medio o corto plazo si nada se tuerce.
El tema en cuestión es que es inevitable hacer valoraciones, poner en la  balanza pros y contras, aunque conociéndome como me conozco desde que nací, cuando digo "palante", es "palante" aunque me estrelle.
Mi palabra es una de las pocas cosas de oro que tengo.
Suelo hacer caminatas día si, día también por el paseo de la playa. Es algo muy gratificante en día laborable poder caminar 8 kilómetros sin coincidir en el camino con a penas 25 personas.  Eso es algo que podemos hacer los que trabajamos por la tarde y que además vivimos a 20 minutos de las playas.
Este invierno no hace nada de frío, al punto que se puede hacer este ejercicio light de caminar rápido con camiseta de tirantes. Se puede sentir la caricia del sol, la brisa del mar, y contemplar el inigualable espectáculo del sol reflejado en el mar. 
A mitad del camino, me siento cinco minutos en un banco y pienso lo afortunados que somos los barceloneses  de tener a tiro de piedra mar y montaña y lo bonita que nos dejaron la ciudad con lo de las Olimpiadas,  tenemos todo tipo de servicios, transportes, espectáculos, y como no también tenemos alguna que otra inmundicia y los mangantes que no faltan, pero todo y así no puedo dejar de sentirme orgullosa de vivir aquí.  Como ya dije vivo casi al lado de la playa y me circundan con solo cruzar una calle dos parques por lo que mi barrio es muy agradable para vivir. Los vecinos son gente de toda la vida, de los que se tratan durante años.
Al margen de todo esto que sería puramente decorado y de lo cual creo que podría prescindir aunque con mucha añoranza, se encuentra el tema familiar y de amigos que es lo que realmente me escuece.
Ayer como todos los sábados en la tarde visité a mi madre. Ahí nos encontramos mis hermanas, mis sobrinos, mi familia  y la verdad aunque no todos los días estamos todos, porque como fijos de los sábados  estamos mi hermana mayor, mi sobrino y yo y los demás van y vienen otros días de la semana,  esa tarde se convierte en una fiesta.
Podría decir que es el mejor día de la semana, porque vuelvo a disminuir en edad, estoy con los míos a los que adoro y me hacen sentir muy bien.  Por decirlo de algún modo, cada sábado es una mininavidad.
Mi madre ya tiene 86 años, aunque goza de muy buena salud, vive sola sin ningún problema,  pero a estas edades ya sabemos que los sorteos apuntan para un lado.
Me preocupa mucho el hecho de que ocurra algo y yo no esté cerca y se me parte el alma al pensar que tendré que renunciar a esos sábados para los restos, porque las distancias son enormes, ya ni hablar del tema de mis hijos que da para mucho y que aunque sean mayores de edad siguen siendo muy jóvenes y no puedo arrastrarlos conmigo ya que tienen sus vidas formadas en Barcelona y también a su padre que es una excelente persona.
Solo hay algo muy poderoso que consegue arrancarme de mi Barcelona y  de los que quiero. 
Cambiar el calor por el frío, la arena de la playa por la nieve, la multitud de la ciudad por la paz de los bosques, la opertura de la capital por el tradicionalismo de un pueblo, el volver a encontrar trabajo en una España en crisis. Solo una cosa puede hacer que ocurra todo esto. Una razón contra cientos de razones, todas ellas poderosísimas por las que no me movería de mi casa.
Tengo amigos que darían una mano por encontrarse en esta situación, pero de verdad  que a mi lo único que me atrae de todo esto es estar junto a mi pareja a tiempo total y dejar de tomar esos benditos aviones y autocares incesantemente los dos, aunque creo que cuando me encuentre al otro lado del cristal seguiré teniendo que hacer uso de ellos, porque lo que dejaré aquí seran muchas razones únicas e importantes para regresar siempre que pueda.
El amor pesa mucho, todas las clases de amor y yo soy muy pequeña.




Y yo sin paraguas

Parece que el buen tiempo, el vacacional, se aleja para todos, excepto para mi que empezaré el resto de mis vacaciones pronto.
Hoy recorrí de nuevo el abrupto camino empedrado que sube hasta el monasterio. Aparentemente nada ha cambiado.
La calle es la misma y tampoco hace mucho frío este año. Sigue el tráfico tolerable en una avenida tan pudiente como esta, y la asombrosa ausencia de transeúntes en las aceras es algo que no deja de sorprenderme.
Las flores malvas de las jacarandas ya cayeron hace mucho y tras su ocaso dejaron un paisaje verde despojado de flores.Hacía meses que no subía a pasear por el monasterio.
Parece que algo me mantenía en casa, pegada al teléfono, la expectación por alguien que misteriosamente y sin despedida desapareció del horizonte, sin más explicación.
Alguien que siempre está y que de pronto se evaporó.
Francamente el subir la escalera hasta aquella piedra donde me sentaba en primavera, donde mis pensamientos eran dulces y mi sonrisa difícil de controlar, había perdido toda relevancia ya que no sabía si seguías viviendo. Así que preferí quedarme aquí, aguardando por si el teléfono sonara y al menos saber que te encuentras bien, que no tuviste una recaída y que simplemente decidiste irte de vacaciones.
Ya es noviembre, y hoy me decidí a volver a mi lugar de meditación, con la esperanza de que me llegue tu vibra desde esa piedra de tu bosque, esa que tenía línea directa con la mía a pesar de los kilometros de distancia.
Así que empecé a subir la cuesta que sigue al arco y caminé sobre los adoquines rellenos de hierba esquivando el coche que bajaba y que a penas cabe a través del caminito.
Divisé a lo lejos la roca, pero antes entré en la iglesia a ver si había esas rosas rojas que las monjas clarisas acostumbran a dejar para que las lleve la gente y efectivamente quedaban aun tres rosas y di buena cuenta de una de ellas.
Me senté un rato en la penumbra de la capilla austera y empecé a pensar en ti y a entristecerme por enésima vez sin hayar explicaciones a tu inxplicable ausencia.
No aguanté mucho rato sentada, devanándome los sesos pues ya la pena me invadía.
Salí de la iglesia y el tiempo había cambiado como si quisiera avisarme de que me marchara rápido de allí. Amenaza tormenta pero no renuncié a despertarte.
Empecé a subir la tortuosa escalinata que sube hasta mi piedra, bajo los nubarrones negros. A medida que avanzaba pensaba en si funcionaría el dichoso satélite telepático, con una mezcla de fe y de escepticismo.
Llegue a la dichosa roca alojada bajo el arco y me senté en ella. No había nadie bajo mi mirada. En la pequeña plaza solo algún coche aparcado.Así que sin temor a ser observada cerré mis ojos y desee con todas mis fuerzas entablar conexión contigo y grité tu nombre a los cuatro vientos.Pero mi concentración duró muy poco, los elementos atmosféricos me lo impidieron y creo que tendré que salir corriendo de aquí. Las gotas cada vez caen con mas fuerza y me estoy empapando de lluvia.Solo espero que te llegue mi grito sordo y volver a escuchar de tu voz mi nombre, señal inequívoca de que aun estás en este mundo de mortales a pesar de los pesares.Quizás mañana regrese si no respondiste a mi llamada. Me estoy mojando y no hay donde cubrirme.
“Como si llueve.... y yo sin paraguas”.

La mirada egipcia



Cuan dura se hace la plataforma que sostiene mi descanso
Sin ti es casi imposible conciliar el sueño
Extraño la mullida pluma que mora tras las fronteras
por la que pelee a muerte a puntapiés
en medio de un espacio vacío por el éxodo
hacia otra morada más grande, aunque igual de vacía
Nuestro refugio ahora desnudo de muebles,
siempre lleno de complicidad, de canciones, de risas
en largas noches primaverales
que se prolongan hasta la extenuación
hasta que el canto de los pájaros del bosque
nos anuncia que no hay más tiempo
que hay que entregarse a los brazos de Morfeo
Da igual que la muevas,
esa plataforma por sierpe será mía
Aunque mil amores en ella duerman
siempre me soñarás en ella, con nuestras bromas
nuestros anhelos, nuestras travesuras
En ningún lugar se tejen mejor los sueños
De corazones rojos y locos
que en esa plataforma blanca y sin cabeza
Amor que vives en la lejanía, en la tormenta
en constante confusión de tanta claridad de idioma
Vacía la nieve de la fosa que cavaron en tu jardín
descongela de una vez el alma
ese frío que tanto me daña, a mí que soy africana
y una egipcia llevo en la mirada
Cruza ya esa cordillera raudo
el camino no parece tan lejano
Deja atrás el invierno helado
Arranca esa cáscara que te detiene tanto
Vuela con tu avioneta hacia el sol
que protegen mis tibios brazos
y déjate envolver por el perfume de oriente
el aroma a sal del Mediterráneo

sábado, 28 de noviembre de 2009

Volare




"El volar es un arte o, mejor dicho, un don. El don consiste en aprender a tirarse al suelo y fallar".

Estas frases tan ingeniosas las robe de un espacio de Perico (mi yerno), pero estoy básicamente de acuerdo.

Volar es facil. Puedes volar o planear unos pocos segundos dependiendo de la altura de la que te tires, pero a cuanta mas altura y mas segundos mas fuerte es el hostiolo.

Uno vuela, vuela y vuela, incluso a veces consigue mantenerse en una nebulosa, pero parece que la ley gravitatoria es infalible, y acabas por aterrizar. Lo importante es aterrizar suavemente, sin dolor, porque el fin de todo vuelo es llegar a tierra sano y salvo.

Recuerdo mis sueños pocas veces, pero hay uno especialmente que se repetía muchas veces y era que volaba con los brazos extendidos tipo Superman, pero mas que volar era una sensación de planear, sin alzarme mucho, casi a ras del suelo sin ganar altura. Una sensación maravillosa, porque si algo recuerdo es la caricia de una brisa calida y de silencio.

Supongo que la lectura era: vuela pero no te alejes mucho del suelo, la realidad esta siempre presente y volar para un ser humano no deja de ser un sueño.

Lo cierto es que en los últimos años he aprendido a volar, me he enamorado y he volado mas alto que nunca de la mano de alguien mucho mas diestro en volar que yo.

Vuela a través de cuanto escribe, vuela rápido en su realidad, me cuesta seguirle el ritmo, pero me encanta ver como toma mi mano y me estira, me saca de mis miedos, me anima a seguirle cuando mi ánimo cae. Desde su serenidad aplaca mis temores, mi nerviosismo, mi miedo a las alturas. De vez en cuando aterrizamos y es que conviene sentir el suelo pegado a la suela en muchas ocasiones.

Desde este escritorio miro hacia fuera del cristal, pasan personas pero no veo que vuele ninguna.

¿Quizas es que solo tu y yo aprendimos a volar?

Experimentos con gaseosa




Desde donde estoy puedo observar a la gente. Pasan ante mi varias veces a lo largo de los días.
En un trabajo como el mío aprendes a leer las caras y a intuir los estados de ánimo.
Así en ocasiones ves pasar una persona con aspecto triste y le preguntas amablemente si se encuentra bien, pues le notas un no se qué en la mirada.
Esa persona te mira, te dice que está bien y de pronto rompe en llanto. Te quedas fría casi sin reacción.
No es la primera vez que me ocurre algo así, ni será la última, creo que tengo cara de padre confesor o por algún motivo hay gente que a pesar de no tener un trato excesivamente cercano se abre a mi.
Supongo que cuando alguien se encuentra en un callejón donde no se ve la salida explota y se siente mejor hablando con una total desconocida como yo.
Eterno dilema y muy común. Una mujer joven de treintaytantos, con dos críos pequeños y familia estructurada se enamora de cincuentón en su lugar de trabajo. Se enamora completamente, está deslumbrada.
Ambos están enamorados, o así el se lo hace creer.
Ambos están enamorados y dentro de la adversidad se juran amor y empiezan a hacer proyectos juntos. El, soltero vive con su madre. Ella en su casa con un matrimonio aparentemente feliz.
Deciden compartir un futuro, pero el le pide a ella que tome un piso de alquiler y que durante dos o tres meses se traslade ahí sola con sus don niños, para que se vayan aclimatando al cambio. Ella está casi a punto de hacerlo, pero el destino hace que tenga una conversación conmigo aunque le vine a decir lo mismo que le aconsejaba su hermana.
En mi buena voluntad le aconsejé que si lo quiere se vaya con el, pero si se va de su casa, que sea para estar juntos viviendo desde el primer momento. Dar el salto los dos juntos y de la mano, nunca sola, menos arrastrando dos niños pequeñitos. Cuando se toma una decisión tan importante hay que sentir todo el apoyo posible, mas el de la pareja por quien te juegas todo tu presente.
Así que ella lo pensó y decidió decirle a el que se fueran los dos juntos, y sorpresa el dice que lo está presionando.Increíble. Un soltero cuarentón libre de cargas, que vive con su madre y que le pide a una mujer que deje su casa, se lance con sus dos niños en solitario. No creo que el sufriera por la aclimatación de los niños, me parece mas bien que quería experimentar con gaseosa a ver que tal iba pero la responsabilidad cercana lo asustó.
Ante esta petición, él que le juraba amor incondicional, se olvidó de sus promesas rápidamente, se puso digno y abandonó el barco, por suerte ella no llegó a dar el paso.
Ella anda por el trabajo con el corazón roto y en manos de una psicóloga, redescubriendo su yo interno.
El ni se, trabaja en otro edificio y es aspirante a un ascenso que le procurará mucho poder. 

Ella no ha querido volver a hablar con el a pesar de que el se lo pidió repetidas veces pero tarde  y es que esperó demasiados días. El tema no era un juego de adolescentes.
Piensa que hubiera ocurrido, si llega a marcharse y al cabo de dos meses se raja de todo, ya que lo hizo en un principio. Mejor así.
Hay hombres que juegan, que no son maduros, que viven en casa de su madre hasta la ancianidad y eso les pesa, son cobardes.
El no merecía la pena, fue incapaz de estar en lo requerido, de tomar su mano y protegerla, darle confianza.
Nunca sabremos que hubiera pasado, pero ya quedó la cosa bastante clara y dentro de lo malo y de que ella sigue con el corazón maltrecho podría haber sido peor.
Solo una madre sabe el estrés que provoca el trastornar la vida de su prole, los problemas que eso acarrea, los sentimientos, porque los hay para con la gente que deja atrás. Ella valiente se arriesgaba, pero el no, cuando en algo así hay que estar a una, juntos.
Ella está en un estado lamentable, pero pudo ser peor.

De Princesas



A petición de unas amigas que tengo en la red a las que quiero y admiro y que día a día comparten con los internautas sus vivencias, opiniones y sus sentimientos, abro este blog, del que no prometo hacer entradas diarias porque ya no dispongo a penas de tiempo para navegar.
La vida te lleva por caminos y lugares que te hacen modificar los hábitos obligatoriamente, pero intentaré escribir un poquito de vez en cuando, utilizaré temas antiguos de otros blogs anteriores a los que fusilé y alguna novedad que se me ocurra.
Así que no esperéis mucho de mi, solo buenas intenciones.
Un beso grande a mis dos amigas Sakkarah y Chesana, dos princesas en la red.